Cuando Guns n Roses lanzó “Appetite for Destruction” en 1987, cambió el curso de la música rock. Después de la dramática sacudida cuando Nirvana lanzó “Nevermind” en el ’91.
Hasta mediados de la década de 1980, el hard rock y el heavy metal eran prácticamente un frente unido. Si amabas a Aerosmith y KISS, probablemente amabas a AC / DC, Black Sabbath y Van Halen. Eso comenzó a cambiar en los años 80s cuando bandas de thrash como Metallica y Slayer fueron en una dirección y bandas de pelo como Bon Jovi y Poison fueron en otra.
Las bandas de speed metal jugaron con la agresión y la ira que siempre habían estado en el centro del heavy metal, y minimizaron el glamour, el atractivo sexual y la mentalidad de estrella de rock, tan importante para el rock de multitudes. Las bandas de Glam hicieron exactamente lo contrario, tocando la imagen de la estrella de rock hasta la empuñadura y quitando el borde brutal. Aproximadamente media década pasó sin una banda de hard rock que pudiera hacerlo todo, como los titanes del pasado la legendaria banda Led Zeppelin. Guns n Roses se ajustaba perfectamente, combinando una peligrosa sensación de ira y frustración con la sexualidad, la arrogancia de la estrella de rock y una vulnerabilidad sorprendente. En resumen, los Gunners fueron capaces de expresar el rango completo de sus emociones, algo que muy pocas bandas pudieron hacer en ese momento.
Para mí, “Appetite For Destruction” fue un álbum que me cambió la vida. Como joven fanática, ninguna banda capturó mi atención como lo hizo Guns N Roses, en ese momento. Más allá de mis gustos musicales, influyeron en mi estilo de vida totalmente. A diferencia de la mayoría de la música rock presentada por aquellos días ochenteros, Guns se mostraba rudo, enojado y un tanto crudo pero a diferencia de la acérrima multitud de thrash, no tenían miedo de expresar otros sentimientos también (y no tenían vergüenza de cortejar a la audiencia más amplia posible). Los primeros conciertos de G’n’R se destacaron por reunir cabezas de metal, punks, chicas rockeras e incluso ocasionalmente skinhead (Skinhead es una subcultura originada en el Reino Unido en el año 1969). En un solo lugar, por extraño que parezca ahora. La prensa de rock en ese momento generalmente citaba a la banda y “Appetite” como el clavo en el ataúd de Bon Jovi, Poison y Ratt.
Es curioso que cinco años después, las mismas revistas aclamaron a Nirvana como la banda que mataría a bandas como Bon Jovi, Poison, Ratt y ….. Guns n Roses. La verdad es que, aunque Guns no fue una influencia musical en Nirvana (Kurt Cobain ciertamente no era un fanático), en términos de aceptación comercial, si “Appetite for Destruction” nunca hubiera salido, “Nevermind” podría nunca haber despegado. Nirvana podría haber tocado para el mismo público de nicho que los Melvins, los Meat Puppets y actos similares. “Appetite for Destruction” bien podría haber sido la droga de entrada para las personas adictas a “Slippery When Wet” para pasar a “Smells Like Teen Spirit”.